Flores ardiendo en el jardín de los supuestos.
¿Quién poda las esperanzas en el monte
de tus Venus?
¿Quién desteje el tejido, que tu
orgasmo teje inquieto?
- Flores… - (
de Venus.)
¡ Dame la luz de las pupilas enceguecidas
por el fuego!
¡Dame la ceguera de la luz
de tus pupilas, iluminadas por el vuelo!
- ¡Ah,
Mi Amor!-
Labios
ardiendo en el jardín del juego nuestro.
¿Quién algodona las campanas de la iglesia
de los sueños?
¿Quién quita de tus mundos el insomnio
de los luego?
-Flores… - ( de
Venus.)
¡ Aquí
moriré, regurgiendo los últimos “ tus recuerdos”!
¡ Aquí yaceré, murmurando los
desaciertos…!
- ¡Ah, Mi
Amor!-
Flores ardiendo, entre las
piernas del deseo.
¿Quién puede frenar,lo que el
destino ha dispuesto?
¿Quién osa bifurcar, el camino
de los cielos?
- Flores… - ( de
Venus.)
¡
Dame la luz de las pupilas enceguecidas por el fuego!
¡Dame la ceguera de la luz
de tus pupìlas, iluminadas por el vuelo!
- ¡Ah, Mi Amor!-
Entre tus piernas habita el
habitante que conoce todos los encuentros.
- ¡Ah,
Mi Amor! -
Ausencias ardiendo, en el jardín
que fuera nuestro.
Nadie dijo que partieras. Nadie dijo que callaras.
Que lloraras. O llovieras.
- Tan
cerca del silencio. -
- ¡Ah,
Mi Amor! -
- Flores… - ( de
Venus.)
Mis rasguños me laceran; ya
no aquí. – Ya,
no aquí -
Sino, en el rincón de la
memoria
donde sangra nuestro tiempo.
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