Rebaño de fauces sin pastor;
Lluvia de soledades sin Cielo.
Mis
últimos deshechos reptan la sangre
en
la que naufrago
-noche
a noche –
Ceremonias del Dolor sobre
mi frente;
Rituales de los sombras de
mis muertes…
Ah!
Si la primavera de esta tierra, trajera palomas a mi Aldea,
(
Y no cuervos desteñidos, mudando su plumaje…)
Aprieta, Mujer, -como pinzas-
tus ojos en el aullido de mi
llanto…
-
Mis fauces se dispersan en la sangre,
que
extraña tu presencia por las noches.-
Seré
Pastor de la herida y su rebaño,
Seré
el grito enraizado en mis manos;
Solo, aprieta, Mujer – como pinzas
-
tus ojos en el aullido de mi llanto…
Mi
voz necesita parir, algunas silabas de canto,
Mi
última voz, necesita nacer,
en
el inicio
y muerte de tu orgasmo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario