que se divisa
en el monte de tu
silencio…
…Mordisquean mis pies descalzos
esos
perros
de
mis espantos…
No
hay agua para la herida…
La soledad es una sal viviente
que
se relame
en
la llaga abierta que dejo
tu
partida…
Callan el llanto mis manos,
amortajadas
por el grito ahogado,
atascado
en
mi garganta…
No hay tercer día resucitante;
He
colmado la tumba de mi Alma
con
la tierra de un desierto
extraído
de
los
fondos
de
todos los mares…
Se ha secado la sangre antigua
en el charco de verdades
donde
me desangro…
Mi Sudario es un recuerdo
que se esfuma
cada mañana
en la brisa o en el viento…
Soy
el Cristo crucificado
que
se divisa
en
el monte de tu silencio…
Tus lágrimas son mi Corona;
....tu
partida,
…mi tormento…
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